no encuentro nada mejor que hacer en este momento de mi vida que tomar la palabra de Ale Kaufman y rogarles que lean, que reflexionemos, que le demos a otros para leer.
(de abajo hacia arriba)
- al ejecutor no le conviene ganar ahora sino en un próximo turno, cuando lo "ganado" se haya diluido un poco o bastante bajo el mismo signo.
- hay que actuar como ante un peligro, con frialdad, cuidado, reflejos bien apuntados. Evitar el mal mayor, desde luego: que te choque el tren
- al estar tan segmentadas las multitudes se requieren acciones diferentes según los talantes. Los hay de muy diverso tipo.
- cualquier comportamiento desmesurado va a producir efectos paradójicos. Se requieren intervenciones medidas, limitadas y prudentes.
- no carece de importancia el número de quienes pretenden permanecer fuera de la opción binaria, pero ese es muy difícil de modificar.
- las multiltudes están fragmentadas. Decide el número de quienes huyen hacia adelante, hacia el patíbulo.
- lo que se invoca en las multitudes es su pulsión de huida, de pánico, y eso lleva a un número desconocido hacia el ejecutor despiadado.
- es decir, resulta más seductor el seguro ejecutor que el que promete benevolencia, porque es más probable el sufrimiento que la compasión.
- Se les habla a los sobrevivientes como si fueran todos, con lo que las víctimas quedan excluidas de antemano, ya condenadas, pero sin nombre
- porque con el verdugo ejecutor se promete trazar una línea neta entre las víctimas y los sobrevivientes.
- la cuestión es que viene algo malo, de sufrimiento. Y el verdugo ejecutor de la pena de muerte resulta más seductor que el agente benévolo.
- la cuestión no son lo realizado, ni las propuestas, ni los sentimientos.
- y como lo que sucede excede el código usual, solo disponen de eufemismos o explicaciones ad hoc.
- ¿porqué no ven nada en las crisis? Porque es cuando actúan las fuerzas ciegas del puro número, el cambio brusco o la violencia.
- las "metodologías" solo son útiles cuando hay estabilidad en las correlaciones de fuerzas. En estado de crisis no ven nada.
- esa es la pulseada de estos días. Y no es ajena a la ceguera de las "metodologías", situadas en las zonas de estabilidad, no en la crisis.
- el cansancio multitudinario por resistir a la opresión se alivia mediante la subyugación, cediendo a la fuerza abrumadora del perpetrador.
- al perpetrador eso le sale fácil, porque constituye el acto opresor, y la víctima es constituida bajo tal coacción. Así se naturaliza.
- el opresor acusa a su víctima de ser culpable de la humillación de que la hace objeto. Invierte así los términos. Eso es lo de "meter miedo"
Alejandro Kaufman 